Los usuarios de Animal Crossing ya han fundado sectas
El nuevo juego de Nintendo para móviles, Animal Crossing: Pocket Camp, es un simulador desenfadado en el que los jugadores colaboran entre ellos en un campamento donde realizan tareas como pescar o cortar leña para subir de nivel y tener así acceso a nuevos items y nuevas formas de customizar su avatar. Eso es lo básico. Pero como a menudo ocurre, gracias la jugabilidad emergente que posibilitan algunos juegos, los jugadores más creativos inventan modos diferentes de interactuar a partir de las reglas iniciales.
Apenas han pasado unos días desde su lanzamiento y algunos ya han encontrado formas extrañas de utilizar algunos elementos del mobiliario que ofrece el juego, concretamente unas lámparas alrededor de las cuales parecen haber organizado cultos inquietantes.
Otros se han decantado por meter a todos los aldeanos en unas prisiones fabricadas con vallas de jardín. Incluso el desarrollador, Hidetaka Suihiro, parecía enorgullecerse de tener a sus vecinos en una «jaula animal».
Animal Crossing: Pocket Camp ha alcanzado en una semana la cifra de 15 millones de descargas. ¿Estamos ante el próximo fenómeno viral?