El Monumento al Teclado de Ekaterimburgo
A lo largo de la historia, el ser humano ha construido monumentos un tanto extraños. En las plazas de muchas ciudades podemos apreciar la imagen esculpida tanto de asesinos personajes históricos de relevancia bélica como de niños meando o incluso de robots gigantes. Así que, ¿por qué no erigir también un monumento al teclado informático?
La idea fue llevada a cabo por Anatoly Vyatkin y el teclado fue instalado en octubre del 2005 junto a la orilla del río Iset, en la ciudad rusa de Ekaterimburgo. Representa un teclado de PC IBM compatible con la escritura cirílica a escala 30:1, cubriendo un área de 16 x 4 metros. Cada una de las 104 teclas estándar de cemento pesa más de 80kg, mientras que la barra espaciadora alcanza los 450kg. Y, aun así, las teclas F1, F2 y F3 fueron robadas (y posteriormente reconstruidas), seguramente por alguien que perdió las de su teclado.
Junto al monumento, cada año se celebran eventos como el Día del Administrador de Sistemas Infomáticos, en el que se organizan competiciones curiosas como la del «lanzamiento de ratón» o una especie de baloncesto en el que la canasta es sustituida por una carcasa de PC y la pelota también por un ratón (sin cable). En 2016, durante dicho evento, se instaló una placa conmemorativa en honor a Eugene Zorin, uno de los pioneros de internet y el organizador de la red FidoNet, quien falleció recientemente.
A finales de abril, también se celebran los «Subbotniks del teclado», día en el que, además de organizarse competiciones deportivas, algunos voluntarios limpian y pintan, si es necesario, las teclas estropeadas.
Calificado como «fascinante» y como «uno de los milagros de Rusia» por el maestro de la programación Niklaus Wirth, el teclado informático atrae a numerosos turistas a la ciuad y es considerado hoy en día como uno de sus lugares de interés más importantes. Han surgido, incluso, simpáticas leyendas a su alrededor. Dicen que si pides un deseo «pulsándolo» en el teclado y después saltas en el Enter, ese deseo se hará realidad. Lo que no sabemos es qué ocurriría si tres personas se pusieran de acuerdo para saltar sobre CTRL+ALT+DEL, pero es mejor no experimentar con caprichos que podrían suponer la extinción de la raza humana.