L. P. Matlovich, el soldado que luchó contra la homofobia
En 1975, Leonard P. Matlovich, un sargento de las Fuerzas Aéreas, hizo historia cuando salió del armario y desafió la prohibición de la homosexualidad en el ejército de Estados Unidos. Leonard se convirtió en un emblema de la lucha por los derechos de los gays.
Matlovich era el tipo de militar del que las Fuerzas Aéreas se enorgullecen. Sirvió voluntariamente tres veces en Vietnam y resultó herido mientras desactivaba minas antipersona, por lo cual fue condecorado con el Corazón Púrpura y con la Estrella de Bronce.
En marzo de 1974, Matlovich leyó una entrevista para el Air Force Times con el activista Frank Kameny, quien había defendido a varios militares gays durante años. Al poco tiempo, contactó con Kameny, quien le dijo que llevaba tiempo buscando a un soldado gay con una reputación inmaculada y con el suficiente coraje para oponerse públicamente a la condena de la homosexualidad en el ejército. Cuatro años después, y tras meses de debate junto con David Addlestone, abogado de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, trazaron un plan que consistió en la redacción de una carta dirigida al comandante de la Base de las Fuerzas Aéreas de Langley, en la que se señalaba la discriminación que sufrían los homosexuales.
En 1975, Matlovich fue llamado a declarar. Durante la sesión, el abogado de las Fuerzas Aéreas le pidió que firmara un documento comprometiéndose a «no volver a practicar la homosexualidad nunca más» a cambio de que se le permitiera permanecer en el ejército. Matlovich lo rechazó. A pesar de sus condecoraciones, de sus servicios voluntarios en Vietnam y de su rendimiento excelente, el comité declaró que Matlovich no era apto para continuar en las Fuerzas Aéreas y se decretó su retiro con honores.
Después de apelar la sentencia y tras un largo proceso legal, en 1980 consiguió ser readmitido por el juez Gerhald Gesell. En las Fuerzas Aéreas le convencieron de que si volvía a filas, alguien encontraría cualquier razón para expulsarlo otra vez, así que aceptó un acuerdo financiero de 160000 dólares.
Pero lo más doloroso para Matlovich no fue el conflicto con el ejército, sino cuando le reveló su condición homosexual a sus padres. Llamó a su madre por teléfono y la dejó en tal estado de shock que se negó a contárselo a su marido. Su primera reacción fue pensar que Dios la estaba castigando por algo malo que había hecho. Más tarde, llegó a la conclusión de que quizá su hijo no había rezado lo suficiente o que no había visitado al psiquiatra. Su padre finalmente lo averiguó leyendo el periódico después de que el caso se hiciera famoso, llegando incluso a ser portada del New York Times. Lloró durante horas y finalmente le dijo a su mujer: «si él puede afrontarlo, yo también».
En 1986 dio positivo en VIH y al año siguiente lo reveló públicamente en una entrevista para la televisión. Falleció dos años después.
Leonard P. Matlovich fue un héroe para toda una generación. En su lápida en el Cementerio Congresual de Washington D.C. se puede leer la siguiente inscripción:
Cuando estaba en el ejército, me dieron una medalla por matar a dos hombres y me expulsaron por amar a uno.