¿Funcionan realmente los antidepresivos?
Los científicos aseguran que han resuelto uno de los debates médicos más importantes de las últimas décadas después de realizar un enorme estudio con el que han llegado a la conclusión de que los antidepresivos realmente funcionan. La investigación, que analizó los datos de 522 pruebas que incluyeron a 116477 personas, probó que los 21 antidepresivos más comunes eran todos más efectivos que los placebos reduciendo los síntomas de la depresión aguda.
La depresión es la mayor causa de incapacitación en el mundo. Afecta a alrededor de 350 millones de personas en todo el planeta y ha aumentado casi un 20% en los últimos diez años. Helen Stokes-Lampard, catedrática en la Royal College of General Practitioners del Reino Unido, señaló el problema de la imagen negativa que la sociedad tiene de aquellos que toman antidepresivos, un estigma que afecta a los pacientes a la hora de iniciar un tratamiento. «Si la depresión no se trata, puede causar una inmensa cantidad de sufrimiento al paciente y a su entorno. Nunca debería ser escondida bajo la alfombra o ignorada», recalcó.
Andrea Cipriani, líder del estudio, comentó que el debate sobre los antidepresivos a menudo está condicionado por prejuicios y sesgos ideológicos. Algunos médicos y pacientes defienden que estos fármacos funcionan debido al efecto placebo (y es cierto que los placebos tienen efectos positivos hasta cierto punto). Y hay gente que sospecha que las compañías farmacéuticas manipulan los resultados de las pruebas para su beneficio.
El estudio midió principalmente la eficacia y la aceptabilidad de distintos antidepresivos. La eficacia se refiere a la tasa de respuesta según el número total de pacientes que experimentaron una reduccion del ≥50% en la puntuación en una escala estándar para la valoración de la depresión. Mientras que la aceptabilidad valora la suspensión del tratamiento según la proporción de pacientes que lo dejaron por cualquier motivo. Los resultados pueden verse en la siguiente imagen, según los cuales, la amitriptilina, la mirtazapina, la duloxetina, la venlafaxina y la paroxetina serían los más eficaces:
Según los autores, los datos podrían servir, además, para ayudar a los médicos a elegir la prescripción adecuada, lo cual no quiere decir que todo el mundo deba cambiar de medicación, ya que el estudio se centraba en el efecto medio de los antidepresivos en vez de analizar cómo funcionaban con sujetos de diferentes edades, géneros, severidad de los síntomas y otras características.
Los investigadores añadieron que los datos del meta-análisis abarcaban ocho semanas de tratamiento, así que los descubrimientos podrían no ser válidos para un uso más prolongado. Además, dejaron claro que los antidepresivos no deberían ser siempre la primera forma de tratamiento. «La medicación debería ser considerada siempre junto con otras opciones, como terapias psicológicas, cuando estas estén disponibles», aclaró el Dr. Cipriani.
Carmine Pariante, catedrático y portavoz del Royal College of Psychiatrists, se mostró positivo con los resultados:
Este análisis finalmente pone cierre a la polémica sobre los antidepresivos, probando claramente que estos fármacos funcionan a la hora de levantar el ánimo y de ayudar a la mayoría de la gente con depresión. Y lo que también es importante, el artículo analiza datos no publicados de compañías farmacéuticas y muestra que la financiación de estudios por parte de esas empresas no influye en el resultado, confirmando de este modo que la utilidad de estos medicamentos no se ve afectada por ningún sesgo positivo.
No parece, de todos modos, que el debate vaya a concluir tan fácilmente. A raíz de la publicación del estudio, han surgido algunas opiniones de especialistas manifestando su escepticismo. Joanna Moncrieff y Hugh Middleton, doctores de la University College de Londres y la Universidad de Nottingham respectivamente, declararon para The Guardian:
La «respuesta» que se toma como valor en los análisis es una categoría artificial elaborada arbitrariamente a partir de los datos recopilados, que consisten en puntuaciones según escalas de depresión. Al analizar categorías se inflan las diferencias. Cuando los resultados son comparados, las diferencias son triviales y es improbable que tengan relevancia clínica.
Además, incluso estas pequeñas diferencias tienen su explicación sencilla debido a que los antidepresivos producen alteraciones físicas y mentales más o menos sutiles (náuseas, sequedad bucal, mareos o bloqueos emocionales), independientemente de si sirven para tratar la depresión o no. Esto permite a los participantes saber si se les ha administrado antidepresivo o placebo, por lo que el efecto placebo de los fármacos aumenta, lo cual explicaría por qué los antidepresivos que causan alteraciones más evidentes, como la amitriptilina, aparentan ser los más eficaces.